Tratado de Lima

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Tratado de Lima

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El Tratado de Lima es un pacto firmado el 3 de junio de 1929 en la ciudad de Lima entre Chile y Perú, que pone fin a la controversia de la soberanía de las provincias de Tacna y Arica. Según el tratado, la provincia de Tacna se reincorporaba al Perú, en tanto que la de Arica quedaba en poder de Chile, comprometiéndose este último a pagar al Perú una indemnización de seis millones de dólares estadounidenses. Fija además la línea de la concordia como el límite fronterizo terrestre entre ambos países y las servidumbres a favor del Perú en Arica como el Muelle Peruano de Arica, el ferrocarril Tacna-Arica.

Tabla de contenidos

[editar] La etapa plebiscitaria

El presidente de los Estados Unidos Calvin Coolidge, árbitro de la controversia, dictaminó el 5 de marzo de 1925, en una resolución relativa a la celebración o no del previsto plebiscito, que era viable su celebración en Tacna y Arica.

Eso significó que Chile, Perú y el árbitro de Estados Unidos tuviesen que designar a los miembros respectivos de la Comisión Plebiscitaria. Se acercaba así la última fase de este litigio, que ya se venía arrastrado por cuarenta años. Las posiciones entre los países habían variado, a saber:

  • Perú ya no deseaba el plebiscito, pues según sus argumentos éste estaría viciado por los cuarenta años de ocupación chilena, lo cual sería usado por Chile para vencer en el plebiscito. Su argumento era que por esto se anulaba el artículo 3° del Tratado de Ancón y se debían devolver las provincias de Tacna y Arica (las denominadas “cautivas”). También manejaban la posibilidad de realizar un plebiscito “neutralizado” (esto es, la sustitución de las tropas y autoridades chilenas por otras neutrales nombradas por la comisión), pero que sabían que difícilmente Chile aceptaría.
  • En Chile las posiciones eran divergentes. Estaban, por un lado, los que deseaban el plebiscito, por tener absoluta certeza de ganarlo, incluso si fuera limpio; pero, por el otro lado existían personas que negaban la más mínima eventualidad de perder las ciudades.
  • Los Estados Unidos se inclinaban en cambio por un arreglo directo entre las partes, evitando el plebiscito.

Los miembros de la comisión eran Agustín Edwards McClure por Chile, Manuel Freyre por el Perú, y el general Joseph John Pershing por Estados Unidos. La comisión celebró 37 sesiones regulares desde el 5 de agosto de 1925 hasta el 14 de junio de 1926, fecha en la que Chile se retiró.

El primer acuerdo de la comisión fue la devolución de la provincia de Tarata el 1 de setiembre de 1925, provincia ocupada por Chile en 1885, y estaba pendiente el tema del ferrocarril Arica-La Paz donde una sección de la línea transcurría por la provincia de Tarapaca. A la firma del Tratado de Ancón, el Departamento de Tacna contaba con tres provincias: Tacna, Arica y Tarapaca.

La fecha para inscribir votantes se fijó para el día 1 de marzo de 1926 y el plebiscito para el 1 de mayo. Pershing por su parte, cansado del asunto, regresó a Estados Unidos, siendo reemplazado por William Lasiter.

El secretario estadounidense Frank Billings Kellogg, resolvió que no hubiera plebiscito; la razón: la convicción de que era imposible celebrar el acto si Chile ejercía dominio en las provincias en disputa; además se dijo “que anteriormente Estados Unidos fue siempre partidario del acuerdo directo”.

En la sesión número 37 la comisión se disolvió. El delegado estadounidense y el peruano declararon nulo el plebiscito, y el chileno se negaba a ello. Era el fin del posible plebiscito.

[editar] Hacia el entendimiento

El 15 de junio los dos países quedaron en la misma posición que antes de la creación de la comisión, sino peor, ya que ahora el plebiscito quedaba irreversiblemente muerto. Pero flotaba en el aire una propuesta, la del “reparto”.

En Chile, el nuevo canciller Conrado Ríos se encargó de que fuera aceptada esta propuesta por el nuevo presidente Carlos Ibáñez del Campo, que tenía un poder casi total. También esta idea hallaba cabida en la mente del secretario estadounidense Kellogg, que pidió a ambos países a que reanudaran relaciones diplomáticas y se encaminasen en una salida directa del conflicto. Pero el Presidente del Perú, Augusto B. Leguía, no deseaba avanzar por ese camino. Decía que Chile incumplió con el artículo 3° del Tratado de Ancón y que por tanto, Perú no tendría razón alguna para cumplirlo también por lo que las provincias de Tacna y Arica regresarían al Perú.

Pero la propuesta no tuvo eco en los Estados Unidos. Al mismo tiempo el canciller Ríos presentó una nueva postura, el intercambio comercial. Éste era netamente favorable al Perú, especialmente en artículos como el azúcar, por lo que el canciller ordenó que se empezara a importar el azúcar desde Cuba y no del país vecino. Los productores peruanos protestaron ante su gobierno: si se mantenían malas relaciones diplomáticas éstas se traducirían en malas relaciones comerciales.

Por fin, cuando Kellogg hizo oficial su pedido de restablecimiento de relaciones diplomáticas el día 9 de julio de 1928, ambos aceptaron. Chile, el 11 y Perú dos días después.

Se designaron embajadores a Emiliano Figueroa Larraín por Chile y a César Elguera por Perú. Éstos tuvieron la gran suerte de desempeñarse muy bien, tanto en Lima como en Santiago, produciendo más simpatías que antipatías, lo que ayudaría a crear el clima de acercamiento entre ambas naciones.

Pero los verdaderos artífices del entendimiento fueron el presidente peruano Augusto B. Leguía y el canciller Ríos, que hablaba por Emiliano Figueroa. El presidente peruano le presentó cinco propuestas al embajador chileno, si bien ninguna era de “reparto”, algunas se acercaban a esta solución. Figueroa le dijo a Leguía que Chile sólo aceptaría una solución: Tacna para el Perú y Arica para Chile.

El presidente peruano aceptó, y se iniciaron las conversaciones para concretar detalles. El único escollo fue la idea de crear un puerto para Tacna por cuenta de Chile, lo que se cambió por el pago de seis millones de dólares estadounidenses de indemnización. Otro de los pedidos de Augusto B. Leguía fue que esta idea fuera “posición de los Estados Unidos”. Ríos se enfadó con la propuesta pero terminó aceptándola: “…me habría gustado más que ambos pueblos hubiesen aparecido acuciando la solución porque ello habría demostrado que la gestión de 1921 y el arbitraje de nada sirvieron para esta negociación…”. El enfado de Ríos tenía razón de ser: así aparecía Chile ante la comunidad de naciones, ya no como “conquistador de esos territorios”, sino que “se anexaba esos territorios producto de una negociación de buena voluntad”. Como Bolivia exigía una salida soberana al mar y ante la posibilidad que Chile se le diera cediéndole territorios anteriormente peruanos, también exigió Leguía un protocolo complementario en la que se estipularía que Chile no cedería ningún territorio que hubiese sido peruano a Bolivia.

La “propuesta estadounidense” se presentó el 15 de mayo. Chile y Perú la aceptaron el mismo día. La larga disputa por Tacna y Arica por fin había llegado a su fin.

En Chile la noticia fue recibida con aprobación, en parte por el término del litigio, por otra parte porque no era conveniente llevarle la contraria a Ibáñez. En el Perú, como temía el Presidente Augusto B. Leguía, la solución produjo manifestaciones y disturbios. Leguía respondió:

¿Cuál era nuestra situación antes del tratado? Teníamos dos provincias cautivas y un tratado incumplido. ¿Desde cuándo?, desde hace cincuenta años. ¿Era o no difícil recuperar estas provincias, cumpliendo el tratado? Resultaba imposible. Habíamos agotado las negociaciones directas, habían actuado en vano el arbitraje del gobierno de los Estados Unidos y los buenos oficios del Gobierno estadounidense.
¿Y la guerra? Me diréis. ¿Era posible hacerla? No. Pues bien, cuando habíamos tocado todos los resortes y cuando todo conspiraba contra nosotros, yo no he entregado ningún territorio; pero, sí, he recuperado sin disparar un tiro y sin comprometer una vida humana.

Al año siguiente Leguía fue derrocado por Luis Miguel Sánchez Cerro.

[editar] Firma

El tratado de Lima fue firmado el día 3 de junio de 1929 en la ciudad de Lima, siendo el representante peruano Pedro José Rada y Gamio y Emiliano Figueroa Larrain por la parte chilena.

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