Sintagma verbal

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Sintagma verbal

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Se denomina sintagma verbal al tipo de sintagma cuyo núcleo (palabra de mayor jerarquía) es un verbo, del cual dependen una serie de complementos, también denominados más modernamente argumentos o valencias, que completan y precisan su significado. Por ejemplo: “Pedro sí les ha enseñado gramática complacido a sus alumnos en casa todos los viernes entre las cuatro y las siete de la tarde

El sintagma verbal constituye el elemento imprescindible en toda oración y en castellano concierta en número gramatical y persona gramatical con el sujeto de la misma, salvo el caso de que su verbo sea impersonal.

El predicado está constituido siempre por un verbo, y menos imprescindiblemente por una serie de complementos que lo rodean o siguen (o preceden, en lenguas como el latín, griego, sánscrito, alemán o vasco) y que son el objeto directo, el complemento indirecto, el complemento de régimen o suplemento, el complemento de régimen indirecto o suplemento indirecto, el complemento circunstancial, el complemento argumental, el complemento agente, el complemento predicativo y el atributo.

Posee una función específica, la de predicado (comentario acerca del sujeto), del cual existen tres tipos diferentes:

  • Predicado nominal: cuando el verbo es copulativo (ser, estar, parecer) y el núcleo se desplaza a ser un complemento necesario e imprescindible del mismo denominado atributo: “El niño estaba muy enfadado“. Está formado, pues, por dos elementos mínimos: verbo copulativo y atributo. Este tipo de predicano no posee entre sus complementos (argumentos o valencias) posibles el de objeto directo, suplemento, complemento predicativo ni complemento agente, pero puede poseer todos los demás: indirecto y circunstancial.
  • Predicado verbal: cuando el verbo es predicativo (cualquier verbo que no sea copulativo ni pueda ser sustituido por copulativo, y posea significado pleno: “El niño comió peras en mal estado“. Este tipo de predicado puede poseer todos los tipos de complemento menos el atributo.
  • Predicado mixto: cunado el verbo es semipredicativo o semicopulativo, que es lo mismo, y consecuentemente puede sustituirse por un verbo copulativo sin apenas modificación de su significado: “Paulina andaba muy tiquismiquis esa mañana“. Lleva siempre un complemento predicativo.

El sintagma verbal (SV) que funciona como predicado (P) de la oración está constituido por un verbo, o por una expresión compleja que funcione como tal (perífrasis verbal y locución verbal), y unos complementos. El primero es necesario para que exista sintagma verbal; los complementos pueden aparecer o no, tal y como ocurre con los adyacentes del sintagma nominal.

El verbo consta de dos signos, uno léxico expresado por la raíz y otro gramatical manifestado por la terminación. El signo léxico es el verdadero núcleo del predicado de la oración, y el signo gramatical es el verdadero sujeto, esto es, la persona designada por la terminación verbal. Alarcos (1994, §312) llama a este sujeto, sujeto gramatical, y reserva el término de sujeto explícito para el sintagma nominal que concierta con el verbo en número y persona.

 Teníamos gana de ir al Felipe Arche.   El Instituto huele a viejo. 
 Sujeto gramatical   Sujeto explícito 

Los complementos son términos adyacentes del sintagma verbal que sirven para especificar con más precisión y en detalle la referencia a la realidad que efectúa el núcleo (verbo). Los complementos pueden estar constituidos por una sola palabra, por varias o, incluso, por toda una oración transpuesta (proposición subordinada).

Algunos gramáticos establecen dos o tres categorías de distinto rango entre los complementos. Para el fin que pretendemos en este curso, no parece necesaria esta distinción.

Según la función que desempeñan en el sintagma verbal, existen varias clases de complementos:

Complemento directo (CD)

Complemento indirecto (CI)

Suplemento (Supl)

Suplemento indirecto (Supl I)

Complemento de interés (CInt)

Complemento circunstancial (CC)

Atributo (Atr)

Complemento predicativo (CPred)

Complemento agente (CAg)

Complemento directo

 Ver gráficos proyectados en clase: El complemento directo  
 Normas prácticas para el reconocimiento del CD  

Cuando el verbo necesita completar su referencia puede exigir un sustantivo o unidad sustantivada, en general pospuesto, que recibe el nombre de complemento directo: quiere comida, quiere una paella, quiere lo de siempre, quiere que lo inviten a comer. Pero no es el CD el único que puede limitar su referencia a algo más concreto: también lo hacen el suplemento y algunos de los que tradicionalmente se estudian como complementos circunstanciales.

Héctor Campos (en Bosque y Demonte, 1999, 1529) define el CD como el sintagma nominal que está regido tanto sintáctica como semánticamente por el verbo. La rección sintáctica se manifiesta en el hecho de que el verbo determina que tal complemento ha de ser un sintagma nominal. La rección semántica la vemos en el hecho de que sólo ciertos tipos de complementos nominales pueden ser complementos directos.

Cuando esta función la desempeña un sintagma nominal, el CD no necesita preposición. Sin embargo, si el referente del CD es una persona, en general exige la preposición a: Paco quiere una moto / Paco quiere a Sonia. Pero esto no ocurre así siempre, como más abajo explicaremos.

El CD suele aparecer pospuesto, aunque no necesariamente contiguo al verbo. Cuando, por motivos expresivos, se antepone al verbo, o cuando no se menciona porque la referencia es consabida, el verbo queda incrementado con un pronombre átono, lo, la, los o las, según el género y el número del SN antepuesto o elidido:

Antepuesto: Ese libro no lo he leído nunca.

Elidido: ?¿Has visto a Elvira? ?No; no la he visto.

En el primer caso, la función que desempeña el pronombre se denomina complemento directo pleonástico.

Cuando no va precedido de la preposición a o reiterado con el pronombre átono pleonástico, el CD carece de rasgos diferenciales respecto del sujeto. No obstante, hay procedimientos que se pueden aplicar en caso de duda: el significado, la conmutación por pronombres átonos, y, sobre todo, la concordancia entre núcleo del sujeto y núcleo del predicado.

Cuando el CD se refiere a seres animados, la diferenciación, con ciertos verbos, puede resultar más difícil al hablante:

  • Mató el elefante el tigre.
  • Dibujaba Luis Rocío.

Esto también ocurre en algunos otros casos de ambigüedad en los que el referente del CD no es animado, aunque pueda considerarse personificado:

  • Beneficia el estudio la memoria.

Para deshacer la ambigüedad, se antepone la preposición a al sintagma que funciona como CD; de este modo se distingue entre las oraciones:

Mató el elefante al tigre.

Mató al tigre el elefante.

Dibujaba Luis a Rocío.

Dibujaba a Luis Rocío.

Beneficia el estudio a la memoria.

Beneficia al estudio la memoria.

Aunque la preposición a deshace normalmente la ambigüedad entre sujeto y CD, puede otras veces provocarla entre CD y complemento indirecto, que va forzosamente precedido de ella. Así, en la oración: Juan presentó a su novia a Martín, suele interpretarse que el primer complemento funciona como CD y el segundo como CI. Sin embargo, la construcción es ambigua y, para deshacer el equívoco, se suele recurrir a la supresión de la preposición del CD: Juan presento su novia a Martín.

Por último, es conveniente decir que, según afirma Emilio Alarcos, los complementos de medida, duración, peso y precio desempeñan la función de CD, puesto que pueden ser conmutados por los átonos lo, la, los o las:

La torre de la iglesia de San Ildefonso mide veintitrés metros (=los mide).

Estuvo esperando dos horas (=las estuvo esperando).

Luis pesaba ciento cinco kilos (=los pesaba).

Los zapatos de Ana cuestan ciento diez euros (=los cuestan).

Complemento indirecto

 Ver gráficos proyectados en clase: El complemento indirecto  

Es compatible con cualquier otro complemento en la misma oración, y suele designar al destinatario de la noción evocada por el verbo o, en su caso, por el conjunto del verbo y su CD o Supl:

Ana Belén abofeteó la cara a su amigo.

María Antonia escribió una carta a su amigo.

Rosa habló de sus problemas a su amigo.

El CI a su amigo especifica el destino de la experiencia denotada bien por el verbo, en el primer caso, bien por el verbo y su complemento, en los dos últimos.

No es necesario que el referente del CI sea animado:

Al coche de Federico le faltan algunas piezas.

La preposición a se antepone siempre al CI, pero como también se usa en otras funciones (CD, Supl, CC), no basta ella sola para identificarlo.

Respecto al CD, el indirecto presenta rasgos comunes:

Se sitúan ambos frecuentemente tras el verbo.

Cuando concurren, el orden en el que aparecen uno y otro es indiferente: son sólo motivos rítmicos o expresivos los que hacen preferible uno u otro orden.

 Al anteponerlos al verbo, hay que añadir un pronombre átono; lo mismo ocurre cuando se eluden por ser conocidas sus referencias.

Los pronombres átonos utilizados para conmutarlos son los mismos en primera y segunda persona.

Sin embargo, en tercera persona, la conmutación por el pronombre átono nos da una prueba suficiente para su diferenciación, siempre que no cometamos errores de loísmo, leísmo o laísmo:

El CD se conmuta por lo, la, los o las, según sea su género y su número.

El CI se sustituye por le o les, según sea su número.

Si concurren y deben ser sustituidos ambos, el CI se conmuta por se.

Respecto a su posible confusión con el Supl basta la conmutación para establecer la diferencia. Compárense estos ejemplos:

El Consejero faltó a su promesa, (faltó a ella)

En los servicios huele a perros muertos, (huele a eso)

con estos otros:

A José Luis le faltó poco para el aprobado,

A Paco le huelen los pies.

Tampoco es fácil confundirlo con el CC con a. La simple sustitución pronominal resuelve los poco probables equívocos:

Puso dos cerraduras a la puerta (Le puso dos cerraduras: CI),

Puso dos macetas a la puerta (Puso dos macetas allí: CC).

No deben considerarse CI, los complementos introducidos por la preposición para, aunque puedan referirse en la realidad a un destinatario. Presentan rasgos que los diferencian claramente del CI:

Si se anteponen al núcleo verbal no necesitan de pronombre átono.

Son compatibles en la oración con un CI.

Han traído un paquete para la Directora.

Para la Directora han traído un paquete.

Han traído al Conserje un paquete para la Directora.

Así pues, debemos considerar los segmentos con para como complementos circunstanciales.

Con ciertos verbos, llamados pronominales, aparecen pronombres átonos que no se refieren a CI eludidos. Verbo y pronombre constituyen una unidad funcional y semántica, y no interesa discutir si son CD o CI. Estos pronombres son simple repercusión expresiva de la persona del sujeto, y su presencia matiza de forma diversa la noción manifestada por el verbo:

Me arrepiento de lo que hice.

Me estuve quieto.

Se suicidó tirándose por la ventana.

Complemento de interés

 Ver gráficos proyectados en clase: El complemento de interés  

A veces, especialmente en el registro familiar, aparecen junto al verbo pronombres átonos que no pueden identificarse con los de CI. Son los llamados generalmente complementos de interés:

No me le deis caramelos al niño.

Este niño no me come nada.

Si me tardas un poco más, me voy a casa.

El papel del complemento de interés es el de hacer referencia a la persona interesada en lo que se dice.

Suplemento

 Ver gráficos proyectados en clase: El suplemento  

Ciertos verbos necesitan completar su significado con este complemento que es muy parecido semánticamente al CD y formalmente al CC, pero que, a diferencia del CD, va siempre precedido de preposición (impuesta por el verbo):

Mª Dolores y Juan Carlos hablaban del incendio del Instituto.

Abusaban de su bondad.

Manolo cuenta con mi apoyo.

Inmaculada acabó con sus ahorros.

Confío en la suerte.

Los pies de Paco olían a queso podrido.

Preguntaron por la carta.

Diferencias entre el Supl y el CD Semánticamente ambos cumplen una función análoga; sin embargo su función sintáctica es diversa, según se refleja en lo siguiente:

Su diferencia al ser sustituidos por pronombres: átonos, el CD, y tónicos, el Supl.

Cuando el CD se antepone al verbo, aparece un pronombre pleonástico, que duplica la función; el Supl antepuesto no necesita de pronombre que lo reitere.

La obligatoriedad de la preposición para el Supl. Es el verbo el que selecciona la preposición y no el significado del complemento como ocurre con el CC.

Diferencias entre el Supl y el CC A primera vista, los segmentos subrayados en los ejemplos de la izquierda (Supl) ofrecen una estructura semejante a la de los de la derecha (CC), también provistos de preposición:

 Hablan de música.   Hablan de memoria. 
 Acabó con su ahorros.   Acabó con rapidez. 
 Los pies de Paco olían a queso podrido.   Los pies de Paco olían a distancia. 

Sin embargo, varios rasgos distinguen los Supl de los CC:

Si se cambiase la construcción para realzar el complemento en uno y otro caso, se observaría también la diferencia: Es de música de lo que hablan, frente a Es de memoria como hablan.

Si el significado léxico de unos y otros complementos fuese consabido y pudiera eludirse, el Supl se sustituiría por un pronombre tónico precedido de la preposición pertinente, mientras que el CC se omitiría o, si fuera preciso, se sustituiría por un adverbio. Así, de una parte se diría Hablan de eso, Acabó con ellos, Olían a eso, y, por otra, Hablan así, acabó ya, Olían.

Como el Supl y el CC cumplen funciones distintas, pueden coexistir en una misma oración: Hablan de música de memoria, Acabó con sus ahorros con rapidez, Los pies de Paco olían a queso a distancia.

Un CC y un Supl no pueden coordinarse entre sí (*Hablan de música y de memoria); dos CC o dos Supl sí que pueden coordinarse (Hablan de música y de literatura, Acabó con sus ahorros y con la herencia).

Incompatibilidad entre el Supl y el CD Lo más frecuente es que no puedan aparecer juntos en el SV; y, como es natural, no es posible coordinarlos: sería agramatical decir *Aspiraba el perfume y a la gloria.

Hay verbos que adoptan uno y otros que prefieren el otro complemento. Unos exigen CD: Zurce la ropa, Vendió los muebles, Comía pescado, Ha leído el periódico; otros, por la naturaleza de su significado, requieren un Supl: Carecía de apoyos, Desconfiad de las imitaciones, Su éxito estriba en el dinero, Contaré contigo; hay otros, por último, que pueden acompañarse del uno o del otro, con cambio de significado, según el complemento elegido: Trató la dolencia con antibióticos; trató de la dolencia con erudición. Ha cumplido veinte años; Ha cumplido con su deber. Aspiraba el aroma; Aspiraba al triunfo.

Los verbos pronominales que siempre llevan pronombre reflexivo admiten un Supl: Me arrepiento de mis pecados, Te jactas de tus conquistas, Se ensaña con sus enemigos, No os dignáis a saludarnos. Se observa que la persona del pronombre reflexivo concuerda con el sujeto.

Otros verbos pueden funcionar con o sin pronombre reflexivo. En el primer caso no pueden llevar CD sino Supl. Compárense las siguientes oraciones:

 El ejército ocupó la ciudad.    El alcalde se ocupó de la ciudad. 
 Acogió su propuesta.     Se acogió a su propuesta. 
 ¿Habéis acordado el día?    ¿Os habéis acordado del día? 
 Luis entiende a su vecina.    Luis se entiende con su vecina. 

Suplemento indirecto

 Ver gráficos proyectados en clase: El suplemento indirecto  (En preparación)  

A pesar de lo dicho en el apartado anterior, hay oraciones en que coexisten el CD y un segmento con apariencia de suplemento:

Judith dijo pestes del Profesor de Lengua.

La limpiadora limpiaba el suelo de gusanitos.

Llenad las copas de agua mineral.

Miguel confunde la gimnasia con la magnesia.

No antepongas tus derechos al deber.

Separa el grano de la paja.

Han sustituido a Juana por Elena.

Los sintagmas subrayados funcionan como CD, ya que podrían ser sustituidos por pronombres átonos lo, la, los o las. Los que aparecen en negrita tienen el aspecto de Supl ya que podrían ser suplidos por pronombres tónicos manteniendo la preposición: Judith dijo pestes de él. Pero, en estos ejemplos el segundo segmento no puede aparecer sin la presencia previa del CD, mientras que pueden ser correctas las oraciones si eliminamos este segundo segmento. Este sintagma nominal con preposición que exige la existencia simultánea del CD puede denominarse suplemento indirecto (Supl Ind).

Complemento circunstancial

 Ver gráficos proyectados en clase: El complemento circunstancial  

Se llaman así porque suelen aportar significados marginales a los evocados por el núcleo verbal y sus CD, CI o Supl. Es decir, la presencia o ausencia de los CC no modifica en esencia la estructura ni el sentido de la oración.

Mientras los CD, Supl y CI, necesitan ser sustituidos por un pronombre cuando su referencia es consabida, el complemento circunstancial (CC) puede eludirse sin que persista en la oración ningún sustituto suyo.

Otro rasgo distintivo del CC es su mayor libertad de posición dentro de la oración. Esta libertad de posición es compartida por el sujeto. Pero en este caso, la libertad se justifica porque la concordancia con el verbo permite el fácil reconocimiento del sujeto. En cambio, los circunstanciales carecen de índices funcionales inequívocos; su diferenciación respecto de los otros complementos suele ser negativa: lo que no es ni directo, ni indirecto, ni suplemento, etc. es circunstancial.

Mientras en cada oración sólo puede haber un CD, un Supl o un CI, caben en ella distintos CC:

Mañana, en la reunión, adoptaremos con más calma una decisión.

Hay una categoría de palabras cuya función principal es la de complemento circunstancial: son los adverbios. Pero ese papel pueden desempeñarlo también segmentos diferentes y más complejos. Con frecuencia, estos segmentos pueden ser sustituidos por adverbios (aunque a veces con pérdida de detalles en la información). Estas estructuras son las siguientes:

SN sin preposición:

El miércoles viene Fátima a mi casa.

Esta semana tenemos jaleo en el Instituto.

El año que viene os echaremos de menos.

SN con preposición y palabras compuestas de preposición y sustantivo (anoche, abajo, despacio, encima, etc.):

Maite lo esconde en su carpeta.

Ana se había arreglado con especial esmero.

¿La viste anoche?

Adjetivos adverbializados, con preposición o sin ella:

Los de segundo C trabajan duro.

Se quedaron a oscuras.

Proposiciones con verbos en forma no personal.

Encontré a María Jesús al entrar al Instituto.

La sorprendieron abriendo la puerta del coche.

Adverbios precedidos de sustantivos con o sin adyacentes:

Calle arriba, Mar adentro, Boca abajo, Patas arriba

Carretera adelante, Kilómetros atrás, Dos siglos después

Proposiciones subordinadas adverbiales:

Cuando vio a María Antonia, se quedó con la boca abierta.

José Luis estaba siempre donde no debía.

Aunque en general los CC pueden ser sustituidos por adverbios, hay casos en que ello no es posible, porque la lengua carece de adverbios cuyo significado se refiera a las nociones de compañía, causa, instrumento, fin, condición, etc. Por eso, cuando se eluden estos CC hay que sustituirlos con pronombres tónicos con preposición, como ocurría con el Supl, con el que, sin embargo, no deben confundirse.

Fue a Oliva.va con sus amigos.

Parte el chorizo con ese cuchillo.

Le han robado el móvil por tonto.

Atributo

 Ver gráficos proyectados en clase: El atributo  

Un reducido número de verbos, llamados atributivos o copulativos (ser, estar, parecer), se caracteriza por adoptar un complemento peculiar, conocido como atributo (Atr). Suelen desempeñar esta función los adjetivos, pero en su lugar pueden aparecer sustantivos y otros segmentos más complejos:

 Juan Antonio es feo.
  Lola es de las Canarias. 
 Margarita está ausente.   Es tarde. 
 Eva parece simpática.   Los exámenes estaban bien. 
 Pedro será periodista.   La cosa está que arde. 

Al igual que el CD y el Supl, el Atr sirve para limitar la aplicación designativa del verbo. También deja al ser eludido un pronombre átono que, en este caso, no varía en género y número. El sustituto del Atr siempre es lo: Lo es, Lo está, Lo parece, Lo será, etc.

Por otra parte, el Atr (cuando lo permite la palabra que desempeña ese papel) concierta en género y número con el S. La concordancia de género deja de producirse cuando la palabra carece de variación genérica:

El patio es grande. La huerta es grande.

La cosa está que arde. El café está que arde.

También falta la concordancia de género cuando el sujeto se refiere a la primera o a la segunda personas.

Yo soy sincero. Yo soy sincera.

En estructuras ecuacionales (Enrique es el médico) o enfáticas (Es Pedro el que ha venido) resulta extremadamente difícil discernir cuál de los dos SN desempeña la función de S y cuál la de Atr. En estos casos nos limitaremos a intentar la prueba de la conmutación por lo. Si no nos resulta suficiente seguiremos un criterio de posición: el elemento antepuesto al verbo será el S y el pospuesto, el atributo; en caso de que los dos elementos aparezcan pospuestos, el que aparece inmediatamente detrás del verbo será el atributo. Y, si esto falla, simplemente indicaremos la indiferenciación.

Complemento predicativo

 Ver gráficos proyectados en clase: El complemento predicativo  

Junto a verbos que no son atributivos puede darse un complemento de características similares al Atr, esto es, que varía de género y número concordando con el número del verbo y con el número y género del S (o sólo con el género y número del CD, como veremos más abajo):

Manolo Valera vivía tranquilo.

Aquí los árboles crecen frondosos.

Los alumnos de segundo D escuchaban silenciosos.

Las gemelas han nacido raquíticas.

Ha nombrado delegado a Paco.

El complemento predicativo subjetivo (CPred Subj) se diferencia del atributo en que no puede ser sustituidos por lo, sino por un adverbio: así. Incluso podría conmutarse por un adverbio de sentido modal: tranquilamente, silenciosamente.

El CPred es compatible con otros complementos:

El juez dictó tranquilo la sentencia.

Los espectadores hablaban del partido entusiasmados.

El CPred Subj afecta al signo léxico del verbo (al cual matiza) y al sujeto explícito (con el cual concuerda).

Por otra parte, este complemento puede situarse, como un inciso entre comas, tras el sustantivo sujeto:

El juez, tranquilo, dictó la sentencia.

Estos adjetivos tampoco pueden ser sustituidos por lo como los atributos propios (*Ella se lo ha vuelto), sino por un adverbio o un demostrativo: Ella se ha vuelto así, Eso se ha vuelto ella.

Otro tipo de predicativo, el complemento predicativo objetivo se encuentra en oraciones como las siguientes:

Dejaron perpleja a la Directora.

Los padres compraron barata la fotocopiadora.

Han nombrado Secretaria a Lola.

Tomás tiene la espalda peluda.

Concuerdan con el CD en lugar de hacerlo con el S y tampoco pueden conmutarse por lo, sino por un adverbio (si el predicativo es un adjetivo) o por el demostrativo neutro eso (si es un sustantivo): Dejaron así a la Directora, Han nombrado eso a Lola.

No deben confundirse estas oraciones con otras que también llevan dos sustantivos: uno en función de CD, y otro inmovilizado en sus posibilidades de variación morfemática y sin posibilidad de llevar artículo:

Hizo pedazos las cartas.

Ha hecho añicos el sillón.

Se trata de locuciones verbales cuyo significado se corresponde en algún caso con verbos en que quedan unificados los sentidos de hacer y del sustantivo inmovilizado: despedazó, pulveriza.

Existe, por último, un tipo de predicativos constituidos por sintagmas nominales o adjetivos con preposición. Se asemejan al Supl por su estructura pero concuerdan con el S o con el CD. Son los complementos predicativos preposicionales (CPred Prep):

Manolo trabajó de secretario durante dos años.

Sonia se metió a escritora.

Mi jefe colocó a Charo de secretaria particular.

Mandaron a Federico de vocal de centro.

Las dos del fondo presumen de guapas.

Fernando se pasa de listo.

Complemento agente

 Ver gráficos proyectados en clase: El complemento agente  

Denominamos complemento agente (CAg) al sintagma nominal precedido de por (más raramente aparece con la preposición de) que se incluye en algunas pasivas perifrásticas para explicitar el agente de la acción:

El fuego fue extinguido por el conserje.

La solicitud de María fue atendida por Paco.

Los problemas graves de disciplina serán considerados por el Consejo.

Aunque también aparece en algunas pasivas de se en ciertos textos (administrativos, jurídicos, anuncios oficiales…), no resulta recomendable su uso con estas estructuras:

Al finalizar el Simposio, se extenderá por la Administración un certificado de asistencia.

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