Sacrificio humano

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Sacrificio humano

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Abraham, a punto de sacrificar a su hijo Isaac, es interrumpido por un ángel, Caravaggio (1590-1610), Los Oficios, Florencia

Abraham, a punto de sacrificar a su hijo Isaac, es interrumpido por un ángel, Caravaggio (1590-1610), Los Oficios, Florencia

Del latín sacrific?um, un sacrificio humano es la ofrenda de un ser humano a una deidad en señal de homenaje o expiación. En sentido amplio, es toda muerte ritual de una o muchas personas a manos de un tercero o de una institución.

Los sacrificios humanos fueron practicados en muchas culturas antiguas. Se mataba a las víctimas ritualmente de una forma que pretendía apaciguar a los dioses. Los sacrificios humanos fueron practicados en las religiones celtas de la edad de bronce y en los rituales relacionados con la adoración de los dioses en Escandinavia. Para los habitantes de la antigua Cartago, enemiga sempiterna de Roma, el sacrificio de infantes recién nacidos era también una manera de aplacar a sus dioses. La Biblia contiene también un relato sobre el sacrificio de su hijo Isaac que Dios le pide a Abraham. También, obras artísticas, como La consagración de la primavera del compositor Ígor Stravinski, hacen referencia a los antiguos sacrificios de doncellas en la actual Rusia.

Tabla de contenidos

[editar] Sacrificios humanos en La Biblia

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La Biblia contiene un relato acerca de un sacrificio humano no consumado cuando Dios le ordena a Abraham ofrecerle en sacrificio a su hijo Isaac en un monte ceremonial (Génesis 22:1-19). Abraham se dirigió con Isaac hasta el monte sin decirle que él sería el sacrificado y luego de que éste juntara la leña para el holocausto lo ató, lo puso sobre el altar y se dispuso a degollarlo con un cuchillo. En ese instante fue detenido por Dios quien le dice que no mate a su hijo porque «ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único».

Según la exégesis[cita requerida], este relato parece justificar el abandono de la práctica cananea de sacrificar al primogénito. Se tiene la creencia que Isaac era un niño cuando Dios pidió a Abraham que sacrificara a su primogénito, sin embargo la Biblia deja ver que Isaac era un hombre de entre 20 y 30 años y que conocía la voluntad de su padre antes de llegar al lugar del sacrificio, seguramente sabía que sería sacrificado. Esto es una imagen que enseña acerca de la obediencia. En el momento en que Abraham va a sacrificar a su hijo, Dios lo toma de la mano e impide que lo haga; el saber que lo haría ya era suficiente prueba de entrega. En el Islam, de acuerdo con el relato que hace el Corán, Ismael era el heredero de Abraham y fue a él a quien estuvo a punto de sacrificar. La enseñanza del sacrificio de primogénito es una imagen que habla acerca de entregar lo más preciado por amor y obediencia a Dios.

Otra relato sobre un sacrificio humano, en este caso realizado puede encontrarse en Jueces:11:30-39. Jefté ofrece sacrificar a Dios al primero que salga de su casa si venciera a los amonitas. Luego de vencerlos y volver a su casa, la primera en salir es su joven y virgen hija, cuyo nombre no se menciona. La hija acepta ser sacrificada a Dios y solo le pide a su padre dos meses para llorar su virginidad. Una vez transcurrido el plazo Jeftafé la mató en sacrificio para cumplir su promesa. Otras versiones afirman que el sacrificio solo era simbólico y realmente significaba que ella sólo sería apartada para servir en un tabernáculo (Éxodo:38:8) y no privarla de la vida [1] .

La práctica mencionada varias veces en La Biblia de cumplir la orden de Dios de matar a todos los habitantes de una ciudad, o variantes de la misma, como matar a todos los seres humanos pero no los animales, o solo los humanos, o solo los adultos, ha sido considerada por algunos estudiosos [cita requerida] como un acto de complacer al voluntad de Dios, y por lo tanto una forma de sacrificios humanos. Al Rey Saúl se le quitó su reino por no cumplir esos procedimientos ordenados por Dios. No obstante algunas ocasiones conservaban a las mujeres vírgenes como botín de guerra o para poder tomarlas en matrimonio.

[editar] Sacrificios humanos en la Europa Antigua

Los griegos, romanos, celtas, vikingos y otros pueblos bárbaros europeos, realizaron sacrificios humanos. Es célebre el caso de Agamenón, personaje de Esquilo, que, al partir para la guerra, para obtener vientos propicios de los dioses, decide sacrificar a su hija, Ifigenia, de belleza excepcional. Como en el relato bíblico del sacrificio de Isaac, Ifigenia es salvada en el último momento. Roma prohibió los sacrificios humanos en el año 97 adC e intentó imponer la prohibición en toda Europa con éxito diverso. Sin embargo las prácticas romanas de sangrientas muertes circenses, constituyen un derivación de los sacrificios humanos que pasaron de manera diversa. También en el Imperio Romano la extendida práctica de matar a los hijos (filicidio) se relacionaba con la patria potestas que autorizaba a los pater familias a «vender, matar, ofrecer a los dioses, subordinar a cualquier ocupación y devorar a los hijos»[2] .

[editar] Sacrificios humanos en Mesoamérica

El sacrificio humano en las diversas teocracias del mundo Mesoamericano está documentado tanto por los códices como la iconografía precolombina en general, especialmente la azteca y las inscripciones mayas. Además, existen los relatos de los conquistadores españoles, los misioneros y los hallazgos recientes en arqueología. Algunos autores como Pablo Moctezuma Barragán[3] quisieran atribuir la evidencia a la mala fe de los conquistadores o ver en los códices representaciones simbólicas. Pero esta posición es considerada sin fundamento alguno por la mayoría de los historiadores y arqueólogos, como puede comprobarse en el número de septiembre de 2003 de la revista Arqueología mexicana, publicada como respuesta a la controversia sobre los sacrificios (Arqueología mexicana es la revista oficial del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México). Los hallazgos arqueológicos dan cuenta de la historicidad de los sacrificios.[4] [5] [6] Ni siquiera los eruditos que más defienden la causa del indigenismo, como Miguel León-Portilla, niegan la historicidad del sacrificio humano en Mesoamérica, como se comprueba en el mencionado número de Arqueología mexicana, pero critican el abordaje “amarillista” de muchas publicaciones.

[editar] Sacrificios humanos en Japón

Artículo principal: Hitobashira

En Japón, el tipo de sacrificio humano más común fue la práctica de enterrar vivo a la víctima debajo de diques, puentes, y castillos, como una oración a los dioses.

[editar] Especulaciones sobre el sacrificio

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Entre las distintas razones que han existido para la práctica del sacrificio humano, parece haber las siguientes:

? Interés y buena fortuna. En la India, algunos adherentes del tantrismo creen que los sacrificios humanos a los dioses pueden cambiar su fortuna. Asimismo, el sacrificio que acompañaba la inauguración de un edificio nuevo (un templo, un puente, una pirámide), podía tener dicho fin. Una leyenda china afirma que miles de personas fueron enterradas en la Gran Muralla.

? Preservación de relaciones en el otro mundo. En el caso de sacrificios que acompañaban la muerte de un rey, de un gran sacerdote y de líderes en general, éstos solían servir a dar compañía al difunto en el otro mundo. Los mongoles y varios monarcas mesoamericanos podían llevarse consigo a la tumba gran parte de su casa, incluyendo criados y concubinos. ? Adivinación. Un sacerdote intentaba predecir el futuro a partir de los miembros y órganos del cuerpo de un preso o de un esclavo sacrificado. Según Strabo, los celtas apuñalaban a la víctima con una espada y adivinaban el futuro a partir de sus espasmos de muerte.

? Desastre natural. Las sequías, los terremotos, las erupciones volcánicas, entre otras catástrofes naturales fueron considerados como una muestra de la cólera o del descontento de dioses. Los sacrificios eran realizados para apaciguar la ira divina. Los habitantes de la isla de Creta intentaron detener la destrucción de su isla de esta manera.

? Justicia y cultura del espectáculo. En un combate ritual u ordalía, la víctima era sacrificada en una lucha contra un guerrero, como si una justicia divina decidiera así quien debía triunfar. O bien, el sacrificio del perdedor en un juego o en una lucha era parte del interés del espectáculo, en Mesoamérica y Roma. Si bien que el juego de pelota en Mesoamérica estaba estrechamente ligado a la práctica de sacrificios humanos, se desconoce si se sacrificaba al perdedor, al ganador o a terceros.) En la actualidad, la cultura del espectáculo suele producir todavía la muerte de personas en deportes y pasatiempos de alto riesgo como el box, las corridas de toros, la acrobacia y los archivos de récords o marcas. La pena capital impuesta a los delincuentes en Estados Unidos, Asia y África, puede considerarse una forma de sacrificio humano, en sentido amplio, por motivos de venganza y de intimidación de futuros criminales.

? Antropofagia.- Ha resultado sumamente polémica la afirmación, a partir de las observaciones de Edward Payne, de que la institucionalización de los sacrificios humanos en Mesoamérica tenía como fin suplir las deficiencias proteínicas en la dieta de los habitantes de la región, dada la ausencia de grandes mamíferos domésticos. Aunque no domésticos, la gran cantidad de venado salvaje y otras fuentes de proteínas animales en la región reduce la credibilidad de la hipótesis que privilegia el canibalismo por razones alimenticias como explicación de los ritos sacrificiales.

[editar] Véase también

[editar] Bibliografía

  • Michel Graulich : Le Sacrifice humain chez les Aztèques, Fayard, París, 2005, ISBN 2-213-62234-5

[editar] Notas

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