Acueducto de Segovia

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Acueducto de Segovia

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Ciudad Vieja de Segovia y su Acueducto1
Patrimonio de la HumanidadUNESCO

Vista del acueducto

Coordenadas 40°56?54.5?N, 4°7?0.3?O
País  España
Tipo Cultural
Criterios i, iii, iv
N° identificación 311
Región2 Europa y
América del Norte
Año de inscripción 1985 (IXª sesión)
1 Nombre oficial según UNESCO
2 Clasificación según UNESCO

El Acueducto de Segovia (en realidad el puente del acueducto) es uno de los monumentos más significativos y mejor conservados de los que dejaron los romanos en la península ibérica. Se trata probablemente del símbolo más importante para los habitantes de Segovia, hasta el punto de figurar en su escudo.

La falta de inscripción, que estaba situada en el ático del acueducto, hace que no se pueda saber con certeza la época exacta en que fue construido. Los investigadores lo sitúan entre la segunda mitad del siglo I y principios del II, en tiempo de los emperadores Vespasiano o Nerva. No se conoce el origen de la ciudad. Sí se sabe que la zona estaba poblada por los vacceos antes de su conquista y que quizá hubiese asentamientos de tropas para su control y vigilancia. En cualquier caso, la zona perteneció al convento jurídico de Clunia.

El acueducto de Segovia conduce las aguas del manantial de la Fuenfría situado en la sierra cercana a 17 kilómetros de la ciudad, en un paraje denominado La Acebeda. Recorre más de 15 kilómetros antes de llegar a la ciudad. El agua se recoge primeramente en una cisterna conocida con el nombre de El Caserón, para ser conducida a continuación por un canal de sillares hasta una segunda torre (llamada Casa de Aguas), donde se decanta y desarena, para continuar su camino. Después recorre 728 metros (con una pendiente de un 1%) hasta lo alto del Postigo (el espolón rocoso sobre el que se asentaba la ciudad en torno al Alcázar). Antes, en la plaza de Día Sanz, hace un brusco giro y se dirige hacia la plaza del Azoguejo, donde el monumento presenta todo su esplendor. En la parte más profunda mide 28,5 metros (con cerca de 6 metros de cimientos) y tiene dos órdenes de arcos que se sostienen con pilares. En total tiene 167 arcos. Desde su llegada a la ciudad hasta la plaza de Día Sanz hay 75 arcos sencillos y a continuación 44 arcadas de orden doble (esto es, 88 arcos), siguiendo después otros cuatro arcos sencillos. En el primer sector del acueducto aparecen 36 arcos apuntados, reconstruidos en el siglo XV para restaurar la parte destruida por los musulmanes en el año 1072. En el piso superior, los arcos tienen una luz de 5,10 metros, con los pilares de menor altura y grosor que los del piso inferior. El remate es un ático por donde discurre el canal conductor de agua (con una sección en forma de U de 180 x 150 cm), adaptándose el piso inferior a los desniveles del terreno. En el piso inferior, los arcos tienen una luz que oscila alrededor de los 4,50 metros y los pilares disminuyen su grosor de manera escalonada, de arriba abajo: en la coronación tiene una sección de 1,80 x 2,50 metros, mientras que en la base llegan a alcanzar 2,40 x 3 metros.

Maqueta del recorrido del acueducto

Maqueta del recorrido del acueducto

Vista del Acueducto de Segovia desde abajo

Vista del Acueducto de Segovia desde abajo

Está construido con sillares de granito colocados sin argamasa entre ellos. Sobre los tres arcos de mayor altura había en la época romana una cartela con letras de bronce donde constaba la fecha y el constructor. También en lo alto pueden verse dos nichos, uno a cada lado del acueducto. Se sabe que en uno de ellos estuvo la imagen de Hércules Egipcio, que según la leyenda, fue el fundador de la ciudad. Ahora pueden verse en esos dos nichos la imagen de la Virgen de la Fuencisla (patrona de la ciudad) y San Esteban. El día 4 de diciembre, onomástica de Santa Bárbara, patrona del cuerpo de Artillería, cuya academina está en Segovia, los cadetes arropan la imagen de la virgen con una bandera. La línea de arcos se levanta organizada en dos pisos, con una decoración sencilla en la que predominan unas sencillas molduras que enmarcan y estructuran el edificio.

En tiempos de los Reyes Católicos se realizó la primera gran obra de reconstrucción del acueducto. Se encargó de las obras el prior del monasterio cercano de los Jerónimos del Parral, llamado don Pedro Mesa. Se reedificaron 36 arcos, con mucho respeto hacia la obra original. Más tarde, en el siglo XVI, fue cuando se pusieron en los nichos centrales las estatuas antes mencionadas de la Fuencisla y San Esteban.

Detalle de zonas restauradas del Acueducto de Segovia.

Detalle de zonas restauradas del Acueducto de Segovia.

El acueducto es el hito arquitectónico más importante de la ciudad. Se ha mantenido en activo a través de los siglos y quizás por eso haya llegado al tiempo presente en perfecto estado. Hasta casi nuestros días proveía de agua a la ciudad de Segovia, y más concretamente a su Alcázar. En los últimos años ha sufrido un patente deterioro debido a la contaminación (calefacciones y tráfico rodado, que hasta hace poco pasaba entre los arcos) y a los propios procesos de erosión del granito. Las vibraciones originados por el tráfico, contra lo que se pudiera pensar, no le afectan debido a su gran masa e inercia. Para garantizar su supervivencia, se ha procedido a un minucioso proceso de restauración que ha durado casi 8 años, bajo la dirección del arquitecto Francisco Jurado, al tiempo que se ha desviado el tráfico rodado de las inmediaciones del monumento (la plaza del Azoguejo se ha transformado en zona peatonal).

[editar] La leyenda

Según una leyenda, fue la pereza y no los romanos los constructores del acueducto. Una muchacha que trabajaba como aguadora, harta de arrastrar el cántaro por las empinadas calles de la ciudad, llegó a un pacto con el diablo: el diablo se quedaría con el alma de la mujer si, antes de que cantara el gallo, el agua llegaba hasta la puerta de su casa. Cuando cayó la noche, una gran tormenta se cernió sobre la ciudad. Sólo la muchacha sabía que no era una simple tormenta, sino el mismo diablo cumpliendo lo que ella le había pedido. Sin embargo, se arrepintió y rezó hasta la extenuación para evitar el cumplimiento del pacto. De pronto, el gallo cantó y el Maligno se dio cuenta de que, por una sola piedra sin colocar, había perdido el alma.

La muchacha confesó su culpa ante los segovianos que, tras rociar con agua bendita los arcos para eliminar el rastro de azufre, aceptaron felices el nuevo perfil de la ciudad. Convencidos de que había sido un milagro que la muchacha escapara de las garras del diablo, se ordenó colocar una imagen de la virgen y de San Esteban en las hornacinas del acueducto.

Aun así, se dice que en las piedras todavia quedan las marcas de los dedos del maligno como testigo de su obra.

[editar] El acueducto de Segovia en el mundo

En el año 2004 surgió una curiosa iniciativa para llevar el acueducto de Segovia hasta los últimos confines del mundo. De la mente del ingeniero segoviano D. Miguel Ángel Rubio García nació el Club de Amigos del Acueducto, cuyo fin es llevar una representación en yeso al mayor número posible de países. Los cientos de miembros del club siempre llevan consigo un acueducto de yeso en sus viajes y de este modo el acueducto ha llegado a sitios tan dispares como Nepal, India, Tanzania, Argentina, Irán, Isla de Pascua o el Cañón del Colorado y ha visitado lugares tan emblemáticos como la tumba del Mariscal Tito, los rodillos de oración del budismo, el glaciar Perito Moreno. etc…

[editar] Enlaces externos

El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal, publicada en castellano bajo la licencia GFDL.

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